Entendamos a los
NIÑOS ALTAMENTE SENSIBLES

Gabriela Oseguera Altamirano[*]



En nuestro mundo existen varios tipos de personas, un grupo de ellas está clasificado como personas altamente sensibles. Este rasgo es innato, por lo que es preciso reconocer su existencia y aprender a identificarlo en los más pequeños, ya que, de no ser abordado de manera correcta, puede afectar su bienestar emocional y tener consecuencias en su comportamiento y desarrollo.




c Introducción

¿Has escuchado hablar de las personas altamente sensibles (PAS)? Este término surgió en 1996 y fue identificado por Elaine Aron, doctora e investigadora en Psicología. Se trata de un rasgo que ha sido estudiado por varios autores hasta la actualidad. Conviene aclarar que, si bien no constituye un trastorno, estas personas requieren un entendimiento especial y formas de trato apropiadas, ya que su bienestar emocional depende en gran medida de cómo son acompañadas, apoyadas, comprendidas y educadas desde pequeñas.

Aquí nos centramos en los niños altamente sensibles (NAS) y presentamos sus principales características, así como una guía para su correcta identificación y abordaje, de modo que, tanto en casa como en el colegio, los pequeños puedan desarrollarse plenamente.

c ¿Qué son los NAS?

La doctora Elaine Aron descubrió que el rasgo de la alta sensibilidad es innato y está presente en una proporción de entre 15 y 20 por ciento de los niños (Tirado, 2017). Entre las características generales de ellos se cuentan las siguientes:

Estos niños comparten la característica de ser muy observadores y perceptivos,
lo que puede contribuir a que desarrollen más ampliamente su curiosidad y
tengan un más rápido aprendizaje que los niños no altamente sensibles

  • Observadores y perceptivos. Los NAS tienen una forma especial de vivir el mundo y procesar los estímulos, y esto puede tener efectos tanto positivos como negativos en el individuo. Estos niños comparten la característica de ser muy observadores y perceptivos, lo que puede contribuir a que desarrollen más ampliamente su curiosidad y tengan un más rápido aprendizaje que los niños no altamente sensibles. No obstante, esta alta sensibilidad también contribuye a que se sientan más rápidamente abrumados, ya que viven más intensamente los niveles de estimulación. Por lo general se piensa que los estímulos provienen únicamente del mundo exterior, pero también existen en forma de pensamientos, recuerdos o fantasías (Tirado, 2017). Absorber y sentir con tanta potencia un gran volumen de información puede desencadenar situaciones de estrés y producir una fuerte reacción emocional que, en ocasiones, las familias y los educadores no comprenden y no saben tratar adecuadamente (Chacón et al., 2021).

  • Empáticos y reflexivos. Otra característica muy presente en los NAS es que son muy empáticos y reflexivos. También piensan mucho en las posibles consecuencias de sus actos, lo cual contribuye a generar un sentimiento de ansiedad o preocupación si no se maneja de manera correcta. Gracias a que pasan tanto tiempo absortos en sus pensamientos e imaginación, los NAS, aproximadamente en 70 por ciento de los casos, son considerados introvertidos (Chacón et al., 2021). Asimismo, al ser altamente empáticos, su deseo de ayudar al prójimo está muy marcado y los puede llevar a involucrarse en problemas o situaciones ajenas a un nivel mayor de lo que sería sano (Zegers de Beijl, 2019).

c Los cuatro pilares de los NAS

En los últimos años, la doctora Aron logró afinar el concepto de personas altamente sensibles y concluyó que en todas ellas hay cuatro características que siempre están presentes (si se identifican menos, la persona no corresponde a este perfil) Estas características, que también son válidas para los NAS, las identificó con el acrónimo DOES (Pardo, 2018) y se explican así:



epth of processing (profundidad de procesamiento). Poseen una manera profunda e intensa de procesar la información sensorial y cognitiva, buscan siempre obtener la mayor cantidad de información posible, a fin de sentirse listos para analizar la situación que se les presenta y, en caso dado, sentir que tomaron la mejor decisión sin precipitarse (Pardo, 2018).

Easily verstimulated (propensión a la sobreesti-
mulación)
. Tienden a sentirse sobreestimulados al recibir mucha información (olores, luces, sonidos, etc.). Esto los lleva a tener que dormir y descansar más, a fin de darse el tiempo necesario para reordenar sus ideas, terminar de procesar la información recibida durante el día y lograr despejar su mente.

motionally reactivity and high empathy (reactividad emocional y alta empatía). Experimentan las emociones con mucha intensidad, por lo que son especialmente susceptibles ante el sufrimiento ajeno y les resulta muy fácil ponerse en su lugar. Al respecto, Pardo comenta: “Su sistema nervioso puede conducirles a irritarse y ser bruscos en las contestaciones, aunque se arrepientan rápidamente de ello. […] Se sienten profundamente heridos cuando son ignorados, pasados por alto u olvidados” (2018, p. 14).

ensitivity to subtile stimuli (sensibilidad a los estímulos sutiles). Son capaces de detectar detalles muy sutiles que otras personas no logran percibir, porque tienen un sistema neurosensorial más desarrollado y prestan mucha atención a la información que reciben. Les resulta muy sencillo comprender el lenguaje no verbal de las personas con las que se relacionan y son capaces de captar conexiones entre los elementos que los rodean (Pardo, 2018).


c Cómo tratar a los NAS

En primer lugar, es preciso tomar en cuenta que, como la alta sensibilidad es un rasgo genético, en la mayoría de los casos el padre o la madre de un NAS (o ambos) comparten este rasgo, lo sepan o no. Por ello es necesario invitar a los padres a observarse, pues será más sencillo determinar qué es lo que sucede con el pequeño y comprobar si es o no un NAS. A veces sus conductas pueden ser percibidas como exageraciones o ganas de llamar la atención, cuando en realidad es la forma en la que el niño busca expresar sus sentimientos y lidiar con sus emociones, por lo cual debe tomarse consciencia de la situación y actuar debidamente (Zegers de Beijl, 2019).

En segundo lugar, conviene conocer varias situaciones recurrentes con los NAS y seguir las recomendaciones sobre cómo reaccionar ante ellas:



En ocasiones puede que nuestro estudiante nos parezca introvertido y que no tiene alta autoestima, por lo que lo más sencillo puede resultar forzar al pequeño a realizar la actividad, pero lo que se debe hacer es darle espacio, ya que necesita observar sus alrededores y tranquilizarse, para ver que no hay riesgos de ningún tipo y que participar es seguro.





Otras veces, podemos percibir a nuestro niño como muy quejumbroso, pero esto muy probablemente se deba a que los NAS realmente tienen un umbral de dolor más bajo; Zegers de Beijl dice que “cuando una PAS […] dice que algo le duele, le duele” (2019). En estos casos debemos ser tolerantes y preguntarle al infante qué es lo que podemos hacer para mejorar su situación, sin caer en situaciones en las que el niño pueda aprovecharse e intentar manipularnos.



También podemos sentir que el pequeño exagera a la hora de reaccionar ante situaciones de miedo, sorpresa o desagrado, ya que un cambio que para otros niños puede ser pequeño, para un NAS implica una fuente de angustia y malestar. Los grandes cambios generalmente les resultan difíciles, por lo que si puede preverse que vivirá alguna situación nueva, es importante avisarle con anticipación y presentarla gradualmente (Baryła-Matejczuk y Artymiak, 2018).



Si como estudiante hizo algo indebido, es necesario explicarle con calma la situación y aclararle por qué no está permitido hacer lo que hizo, así como recordarle las reglas. Si se le debe poner una consecuencia, procurar que comprenda su razón de ser, ya que no aceptan muy bien las imposiciones ni las injusticias (Zegers de Beijl, 2019).






Comúnmente, si notamos que nuestro estudiante está triste, intentamos animarlo y minimizar su estado de ánimo, pero esto puede ser un error, ya que el niño está buscando una forma de expresarse. En estos casos lo mejor que podemos hacer es mostrarle interés por lo que nos quiera compartir sin buscar juzgarlo, ya que, casi siempre, el niño estará buscando sentirse acompañado y comprendido, más que en búsqueda de una solución. También es recomendable procurar darles tiempo y espacio y no intentar apresurar su proceso (Tirado, 2017).



Dado que suelen sentir mucho más personales los conflictos con algún compañero o familiar, tal vez se les dificulte un poco llegar a perdonar y pasar la página. Cuando este caso se presente, podemos recordarles que todas las personas, incluyéndose ellos mismos, pueden cometer errores y dañar a los demás sin querer, lo que facilitará que el pequeño comprenda que no fue un daño intencional directo para él y sienta menos dolor o decepción (Tirado, 2017).



Si en el aula de clases se planea efectuar una actividad retadora, como realizar una presentación frente al resto de los compañeros, conviene darle al NAS una oportunidad para practicar y así propiciar que adquiera seguridad para hacerlo. El maestro debe mostrar una actitud atenta y cariñosa y no abandonar el desafío, para que el pequeño sienta que está bien ir a su propio ritmo, ya que, como dicen Baryła-Matejczuk y Artymiak, “la sensibilidad no excluye el coraje” (2018, p. 39).


c Conclusión

Los niños NAS no tienen un trastorno ni una enfermedad, deben ser tratados
con mayor precaución y sensibilidad que los niños no NAS, pues requieren
una dosis especial de paciencia y comprensión

Las personas altamente sensibles comparten cuatro características fundamentales, las cuales están relacionadas con que captan y procesan la información de una manera más intensa, lo que fácilmente las lleva a sentirse abrumadas o ansiosas y a comportarse de una manera que no entendemos y que consideramos exagerada. Conocer los rasgos de los niños altamente sensibles es de suma importancia para ser capaces de tratarlos de manera adecuada y favorecer su pleno desarrollo.

Es posible que en el aula haya un estudiante perteneciente al grupo de los NAS, y aunque no tienen un trastorno ni una enfermedad, deben ser tratados con mayor precaución y sensibilidad que los niños no NAS, pues requieren una dosis especial de paciencia y comprensión, así como mayores tiempos de tranquilidad y de adaptación.

c Referencias

BARYŁA-MATEJCZUK, Monika; y Małgorzata Artymiak (2018). Educación y apoyo para educadores y maestros de niños altamente sensibles. Monika Baryła-Matejczuk, María Fabiani y Rosario Ferrer-Cascales (eds.), Apoyando el desarrollo de niños altamente sensibles (pp. 26-48). Erasmus+, E-Motion. https://highlysensitive.eu/wp-content/uploads/2021/10/E-MOTION_Compendium.pdf Ir al sitio

PARDO, Rafael (2018). Personas altamente sensibles: claves psicológicas y espirituales. Editorial Desclée de Brouwer.

PÉREZ, Manuela; Antonio Chacón y Juan Moisés de la Serna (2021). Introducción a la alta sensibilidad. ¿Eres altamente sensible? Descubre todas las claves (pp. 12-37). Tektime. https://www.researchgate.net/publication/350787145_Introduccion_a_la_Alta_Sensibilidad Ir al sitio

TIRADO, Patricia (2017). Los niños altamente sensibles. Generalidad de Cataluña, Departamento de Enseñanza, INS Ramón de la Torre.

ZEGERS de Beijl, Karina (2019). Personas altamente sensibles. Descubre si lo eres y aprende a gestionar el día a día en tus relaciones, el trabajo, con tus hijos… La Esfera de los Libros.

Notas

* Licenciada en Psicología con maestría en Terapia Familiar y especialidad en Psicología Clínica.

c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: Shutterstock

- Foto 1 a 13: Shutterstock

CORREO del MAESTRO • núm. 316 • Septiembre 2022